miércoles, 17 de abril de 2013

¿Qué pinto yo aquí?

Es una pregunta que nos hacemos constantemente, a nosotros mismos o a los demás,  pero que según el contexto varia mucho la respuesta. En mi caso pinto un  bodegón al modo clásico, aunque no lo parezca en un principio.
Bodegón en la primera mancha

Tendemos a pensar que el arte moderno y la pintura clásica son muy distintos, pero nada mas lejos de la realidad. Si observamos con detalle las pinturas de los clásicos , observaremos que parecido trazo tiene a la moderna. Son brochazos que de cerca pueden parecernos desafortunados o un poco grotescos, pero que  cobran sentido con la distancia adecuada. Y es que nadie como los maestros clásicos ha sabido engañar a nuestras mirada mejor.Un ejemplo lo tenemos en este detalle del cuadro de Vermeer (uno de mis pintores favoritos), La joven con sombrero rojo de 1665 . De cerca son pinceladas de azul y naranja, ocre, blanco, verde....pero dos pasos mas atrás se funden en una armonía sincronizada al milímetro para gozo de nuestros ojos.

Detalle de La joven con sombrero rojo, Vermeer 1665
La joven con sombrero rojo, Vermeer 1665

En clase, ya hemos empezado la pintura sobre lienzo, dejando atrás el soporte rígido  La tela proporciona otra textura e influye en el resultado mucho. En mi caso, tomé la buena decisión de relegar los dos pinceles pésimos que me habían vendido, para hacerme con unos no tan malos, y creedme que se nota la diferencia. Mi lienzo se va llenando poco a poco de movimientos bastante libres, de experimentos pictóricos o técnicos ... y lo cierto que aprendes probando una y otra vez: añadiendo mas o menos disolvente, fundiendo colores, haciendo veladuras, añadiendo un azul donde jamas pensarías que podrías ponerlo......

Bodegón en segunda sesión

Bodegón en tercera sesión
Algún detalle más de las obras de Vermeer, La encajera es un gran ejemplo de juego de óptica con la técnica del puntillismo, que posteriormente fue explotada por los impresionistas. Artistas como Renoir o Van Gogh quedaron impresionados por esta obra, y su uso del color.

La encajera, Vermeer (detalle)

Fabricando molde de escayola doble

La fortuna ha querido que en este curso me vea rodeada de compañeros de los que aprender muchísimo  y  que ademas están mas que dispuestos a enseñar, con mucha paciencia, a los novatos en la materia.
un ejemplo lo tenemos en Miguel Cañizares, un ceramista fantástico que no dudó un momento en prestar su tiempo, materiales y taller, para enseñarme a fabricar un molde de mi busto de atenea. Os acordareis de él, pues lo mencionamos en entradas anteriores :

Yo quiero compartirlo con el mundo, y por eso os pondré el proceso en imágenes. Mil gracias Miguel por tu inestimable ayuda.

Lo primero, vaciar la cabeza y soltarla de la estructura
Luego, le fabricamos una cuna marcando el límite de  la mitad del molde


Le añadimos unas "llaves", para que el molde cuadre luego a  la perfección
Construimos un dique con maderas para dar forma y contener la escayola.

conviene reforzar la sujeción, y tapar con barro las posibles fugas

Y ale, con las manos en la masa, preparando la escayola

La primera capa se le echa muy fina

Y un truco del experto, con un soplador nos aseguramos de que llegue a todos los rincones

Vertemos el resto de escayola y esperamos un rato a que solidifique, entonces podremos empezar a desmontar el armazón.

Como buen profesional, los moldes se rematan y cantean.

Y ahora le toca el turno a la siguiente cara, le damos la vuelta y eliminamos el barro que antes habíamos puesto.

Para que la nueva escayola no se nos pegue con la anterior,le damos una capa de barbotina.


Y volvemos a montar el encofrado , sellarlo , sujetarlo y a verter la escayola.

La dejamos secar y desmontamos.

Y por fin la hora de la verdad, hay que abrir las dos caras del molde.




Y este es el resultado


Ha quedado genial, ¿no os parece?